LA RESURRECCIÓN DE JESÚS

Ha resucitado Jesús, que jubilo,

levantar banderas, gritar de alegría,

el señor resucito, el se levantó de entre los muertos,

mirad que él nos salvó de la muerte eterna,

nos salvó del pecado y nosotros lo colgamos a un madero,

 y ha resucitado, aleluya, aleluya, aleluya.

Cantan los ángeles en el cielo,

cantan los pájaros de alegría, de gozo porque el señor resucito,

 vuelan las águilas en el cielo batiendo sus alas,
los animales terrestres y acuáticos, hacen sonidos de gloria,
los delfines hacen un baile para el señor dentro del mar,
 ellos hacen ruido de satisfacción y nosotros cantaremos a Dios por siempre,

gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que aman al señor.

Es una realidad, una verdad patente, sin escepticismo alguno,

de que Jesús resucito al tercer día, es innegable ante cualquier capricho,

o incredulidad de cualquier ser humano, que quiera negar la resurrección de Jesús.

Entonces Jesús poniéndose en la mitad de los apóstoles, le dijo a Tomas,

ven y mete tú dedo en mi llaga, y no seas incrédulo si no creyente,

Tomas le dijo: ¡Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo:

¿Porque has visto has creído?  Dichosos los que creen, sin haberme visto.

¿Cuantos hay como Tomas que no creen?

¿ Si Jesús no resucito, donde está el cuerpo?
¿Qué es la resurrección?