Tú, majestad

En águila tu te conviertes, bella majestad divina,

y entre nubes vas volando, tan rápido como un relámpago,

pero lo que yo quisiera, grandiosa dama querida,

es que en tus alas me lleves hasta el final de la tierra.

Entonces con alegría, podre mujer contemplarte,

y si mi muerte se acerca llorando yo moriré,

entonces serás tu amor el último consuelo mío,

antes de yo ser borrado, de esta tierra por siempre.

Oh silencioso crepúsculo, húmeda ansia anida,

soltando tus flechas vas, dejándome en desespero.

Solitario por las calles así va toda mi vida,

esperando con esmero, que vengas a rescatarme.

Muriendo por tu abandono, voy caminando en tinieblas,

aun ando en oscuro sin ver la luz que me guía.

Pronto he de yo acabar perdido entre la selva,

Esperando que una estrella me saque del socavón.

Tú, majestad, tierna y dulce,
que gran cuerpo de doncella,
que me deja hipnotizado,
con tu grandiosa belleza.